Alto y claro

José Antonio Carrizosa

jacarrizosa@grupojoly.com

Más AVE

La capitalidad política y el desarrollo del AVE con Madrid explican para bien la Sevilla de las últimas décadas

En Sevilla cuesta que los cambios se vean. Hay una especie de superestructura, que sobrevuela la ciudad, reacia a todo lo que signifique progreso y que se recrea en los tópicos de siempre. Pero hasta los más reacios a mirar hacia delante reconocerán que ha habido en las últimas décadas dos circunstancias que han empujado la ciudad y que conviene resaltar para ser conscientes de dónde venimos y hacia dónde vamos. La capitalidad política, el asentamiento de la estructura central de la Junta de Andalucía, y el desarrollo, después de la Exposición del 92, del AVE con Madrid han sido los dos acontecimientos claves que explican, para bien, la Sevilla de hoy.

La capitalidad ya ha dado de sí todo lo que podía. Perdido para siempre el tren de la industrialización y con avances insuficientes en la creación de un sector empresarial conectado a las nuevas tecnologías y a los negocios del futuro, la ciudad se asienta hoy en el boom turístico y la explotación de su magnífica marca internacional y en la existencia de una amplia capa funcionarial y de profesionales liberales que viven, directa o indirectamente, a la sombra de la administración central de la Junta. Son trabajadores con un poder adquisitivo garantizado que ayudan a impulsar el sector servicios en todos sus aspectos, desde el comercio a la hostelería o la industria del ocio.

Pero quizás aún más decisiva que la capitalidad para configurar una nueva Sevilla fue la puesta en marcha del AVE con Madrid. La decisión de Felipe González de iniciar el desarrollo de la alta velocidad ferroviaria por el sur fue una de las operaciones de Estado más interesantes que se han hecho en España: suponía que por primera vez no se priorizaban para las zonas más ricas del país infraestructuras con alta capacidad de generar desarrollo y se hacía una acción que evitaba que Sevilla se convirtiese en el Nápoles español. Los resultados son visibles para cualquiera. La comunicación rápida y frecuente con un Madrid pujante y que ha sido la auténtica locomotora del desarrollo nacional ha traído a Sevilla beneficios económicos y sociales que están fuera de toda duda. El AVE tenía, tiene aún, un obstáculo que impedía que desarrollase todo su potencial: su precio elevado y sus altos niveles de ocupación en las horas y los días puntas.

Ahora con la apertura de la alta velocidad a la libre competencia -las compañías nacionales de Italia y Francia competirán con Renfe dentro de un año- estos problemas se verán eliminados o minimizados. Sevilla y con ella Córdoba, Málaga y Granada de forma directa y el resto de la región de forma indirecta, saldrá ganando porque más AVE, como se ha demostrado en los últimos veintisiete años, es más y mejor futuro.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios