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Luis Sánchez-Moliní

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Antonio Muñoz: dos claves para la derrota

No todo ha sido "el ruido". La suciedad y el tsunami turístico han contribuido también a que el PSOE pierda la alcaldía de Sevilla

Antonio Muñoz, la noche del 28-M.

Antonio Muñoz, la noche del 28-M. / Juan Carlos Muñoz

EL adelanto de las Elecciones Generales al 23 de julio ha conseguido que las municipales del domingo parezcan ya el Pleistoceno (¡qué gran tahúr se perdió el Far West con Sánchez!). Sin embargo, hoy asumimos nuestra penosa condición de periodista local (“de provincias”, como dicen los vainas) y nos ponemos a la tarea de repensar el 28-M. Ahí va la cosa.

La política, al igual que el deporte, es una gran fábrica de lugares comunes y frases hechas. Una de ellas es la que reza aquello de que “las elecciones no se ganan, se pierden”. Siguiendo este adagio de barra de bar, Antonio Muñoz, candidato socialista y ya alcalde en funciones, fue el gran protagonista del domingo. Para mal, claro. ¿Por qué ha perdido unas elecciones en las que hasta el último minuto había tenido posibilidades de victoria? La noche de autos el socialista tiró de argumentario y habló del “ruido nacional” y todas esas triquiñuelas paridas por los proveedores oficiales de frases. El PSOE debe ser el único partido del mundo que cree que existen las campañas electorales silenciosas, pese a que no son ellos precisamente los que las practican. Es cierto que el hartazgo de los ciudadanos por Sánchez y el sanchismo (eso que la izquierda llama “ruido”) ha soplado a favor de los candidatos del PP, pero también es evidente que han concurrido otras causas para que se consuma la derrota de Muñoz. Del amplio catálogo seleccionamos hoy dos: la suciedad de la ciudad y la excesiva turistificación.

Solo hubiese bastado una ligera mejora en el aseo de las calles para que el electorado lo agradeciese, pero el problema –histórico, es cierto– ha ido a peor en los meses que Muñoz ha sido alcalde. Lipasam es hoy una endiablada ecuación para el Ayuntamiento que hay que solucionar cuanto antes. La limpieza ha sido para el alcalde socialista lo que la sanidad fue para Susana Díaz. Tome nota el futuro alcalde. Con el problema de la turistificación a Muñoz no le vale el argumento de su breve paso por la alcaldía. Él es uno de los principales responsables de un modelo que se ha desbordado peligrosamente, que está expulsando a los sevillanos del centro y desnaturalizando los barrios y establecimientos más históricos. Genera empleo, pero de una calidad más que discutible. La identidad no sólo funciona en Cataluña. También aquí en Sevilla. No queremos ser meros figurantes en un inmenso decorado. Otro día, por cierto, hablamos de La Palmera y otras agresiones al patrimonio de extramuros.

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