Inmerso en algo tan tradicional como es la ruta de los belenes y echando en falta el que con tanto gusto ponían Manolo Ramírez y su mujer, la entrañable Concha, en su casa de Huerta de la Salud, me topé con una sorpresa fantástica. Resulta que el gran Rogelio Trifón ha cambiado su belén de siempre por una especie de oratorio navideño. Un oratorio que reúne la esencia de su barrio, de ese Arenal que adora y del que no falta un perejil. Dan ganas de entrar santiguándose, pues se trata de un rincón en el que figura la capillita de la Pura y Limpia y donde cobra especial protagonismo la del Baratillo. Es una obra de arte conseguida por Rogelio junior, un alma de gusto exquisito, detallista en sobredosis y que en esta Navidad ha rizado el rizo del detalle para que el Arenal querido se convierta en Belén todo el año. Una obra de arte en la que hasta figura El Pali, una cosa...