Crónica personal

Pilar / Cernuda /

Dos por dos

28 de febrero 2013 - 01:00

LOS dos partidos principales atraviesan muy serios problemas internos. Y los dos máximos dirigentes políticos, el presidente de Gobierno y el líder de la oposición, se encuentran ante una complicada tarea: resolver los problemas de sus respectivos partidos, que van a la deriva.

Bárcenas puede dar la puntilla a Rajoy como presidente de Gobierno. Siendo cierto lo que repiten todos los populares, que no se puede dar credibilidad a lo que dice Bárcenas frente a lo que dice Cospedal, no es menos cierto que la secretaria general no ha sabido defenderse como debería hacerlo la máxima responsable de un partido y hoy, mal que le pese, los 21 mil y pico euros que cobraba mensualmente Bárcenas, o que dice Bárcenas que cobraba, pesan como una losa que sólo se quitarán de encima Cospedal y la gente del PP -incluido el presidente- si explican de una vez, sin definiciones extrañas de contratos y sin retóricas, cuál era exactamente la relación laboral que mantenían con el ex tesorero. Porque, guste o no guste a Rajoy y a Cospedal, lo que se pregunta la gente de la calle es que si pagaban a Bárcenas ese disparate, esa cifra obscena, era para mantenerlo callado porque en el PP hay mucho que ocultar. Es muy fácil cortar la insidia haciendo público el finiquito con el ex tesorero traidor. Pero cuidado, no vaya a ser que ese tesorero desleal filtre copias de transferencias periódicos, como sus adláteres dicen que puede hacer, aunque de algunos de esos adláteres más vale mantenerse lejos.

En la parte socialista, el problema de Cataluña puede provocar la escisión, por mucho que Carme Chacón asegure que hará cuanto esté en su mano para impedirlo. Rubalcaba, que repite a Rajoy que apueste por el diálogo, no ha dialogado con los compañeros socialistas que se apuntan a lo inadmisible, al separatismo, aunque tratan de disfrazarlo con la historia de que una consulta no significa apuntarse al independentismo. Es de hipócritas tratar de disfrazar lo evidente. Pero el problema con el PSC evidencia que el diálogo no siempre es posible, depende del interlocutor. El que mantuvo Zapatero con los filoterroristas acabó con los filoterroristas en las instituciones y sacando pecho, por eso Rubalcaba ha hecho bien poniendo pie en pared ante la consulta.

Pero ese pie en pared abunda en la crisis profunda que sufre el PSOE desde que perdió las elecciones. Crisis que sufre el PP a pesar de que ganó las elecciones por mayoría absoluta, aunque a este paso no será nada fácil para Rajoy acabar la legislatura.

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