Tras el año negro que fue 2020 y que tantas cosas se llevó por delante, hoy se inaugura la Feria del Libro, una de las muchas víctimas que produjo el confinamiento y el crujir de dientes. Será en una época inusual, pero este largo y cálido verano hará que el otoño se disfrace de primavera para que a la Feria del Libro no le falte un perejil y sea el evento que tanto se echó de menos en mayo del año pasado. La Feria del Libro nos retrotrae a cuando el boom de los narraluces, a cuando éramos unos jóvenes que acudíamos a la Plaza Nueva con ganas de pegar la hebra con Manolo Barrios, Antonio Burgos, Alfonso Grosso, Manolo Ferrand, Aquilino Duque y tantos como cuando entonces lustraban las letras más cercanas. Vuelve la feria tras un año dolorosamente sabático y con la Plaza Nueva como entrañable ágora cultural hasta el día de Todos los Santos. Bienvenida que sea.