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La aldaba

Carlos Navarro Antolín

cnavarro@diariodesevilla.es

Candados para un turismo frío

Cada vez más ventanas de casas de los centros urbanos con los candados que facilitan un ‘check in’ rápido... y gélido

Candados en una de las ventanas de la planta baja de una casa de apartamentos turísticos.

Candados en una de las ventanas de la planta baja de una casa de apartamentos turísticos. / Juan Carlos Vázquez

Cada vez son más frecuentes los candados. Y no nos referimos a los que los enamorados dejan en los puentes de las grandes capitales para sellar su relación, rota posteriormente por las circunstancias de la vida o cuando llega el operario del Ayuntamiento de turno y acaba con la broma a golpe de cizalla. Los candados de moda no son para las bicicletas, sino para los apartamentos turísticos. Recibe usted la contraseña en el teléfono móvil, la localización del candado y ya puede abrir la puerta y, hala, a soltar la maleta encima de la cama con cuidado de que las ruedas no manchen la colcha fina de Ikea.

Ni recepcionista, ni encargado de las llaves ni nada que se le parezca. Mensajería fría, un punto gélida, y a disfrutar que son dos días y hay muchos bares en los que hacer cola hasta conseguir mesa para jamar tataki con dibujitos de vinagre de Módena. Debe ser una vuelta de tuerca del nuevo turismo, que podría denominarse como una versión cool. Ciudades cada vez más impersonales, turismo cada vez con menos calidez, al menos a la hora de efectuar el ingreso en el apartamento (check in). Los nuevos recepcionistas son los candados. Qué lío abrir el candado, entrar en la habitación y que haya una toalla de menos en el aseo, falte papel higiénico o no haya mantas para el frío. Lo mejor de ser acompañado a la toma de posesión es retener al empleado del hotel hasta que compruebas dónde está el enchufe para cargar el móvil, el mando de la televisión y preguntas cómo funciona el grifo de la ducha. Entonces sí puede dejar que el hombre se vaya por donde ha venido.

El candado es el símbolo de estos tiempos en los que te atienden las máquinas pero, eso sí, todas las web de servicio quieren comprobar que no eres un robot y te hacen marcar una casilla y copiar unos códigos alfanuméricos que son auténticas chorradas. Cada vez más casas de los centros urbanos con estos candados en las ventanas de las plantas bajas, señales inequívocas de que se trata de inmuebles para turistas. El candado que marca los tiempos imperantes de centros históricos con muy pocos vecinos y con una evidente mayoría de gente de paso durante todo el año. No es un fenómeno estacional. No lo era ya antes de la pandemia y se ha recuperado al mismo nivel después de ella. Pisos de usar y... abandonar. Como los pañuelos de papel. Sin necesidad de verle la cara a la propiedad o al comercial. Del dejen las llaves bajo el felpudo al salir al dejen el candado cerrado en la misma reja que lo encontraron. See you soon.

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