Conjunción planetaria

Podría ocurrir que los que gobiernen en la Moncloa, San Telmo y la Plaza Nueva sean del mismo partido

Se suele decir que Sevilla es una ciudad dual. O que hay dos Sevillas. Como la del Sevilla FC y la del Real Betis. Eso se nota más en días como hoy, tras la final de la Europa League. Sin embargo, para votar en unas elecciones municipales, hay tres Sevillas. Hasta 2007 eran la Sevilla del PSOE, la Sevilla del PP y la Sevilla del PA. Se turnaron en la Alcaldía, según los pactos. Sin embargo, ahora, las tres Sevillas son: la que vota al PP, la que vota al PSOE y la que cambia el voto para quitar y poner los alcaldes. Y ahora, tras la entrada de José Luis Sanz en la Alcaldía, Sevilla está a la espera de una conjunción astral.

Fue Leire Pajín, una ex ministra del PSOE de Zapatero, la que habló en 2009 de “una conjunción planetaria”, que había permitido que Zapatero gobernara en España mientras Barack Obama era presidente de los EEUU. Semejante afirmación se tomó a cachondeo. España entró en crisis y Rajoy ganó las siguientes elecciones. Como premio para la pitonisa, por decir paridas como esa, fue nombrada presidenta de la Red Española para el Desarrollo Sostenible, un cargo con retiro en la ONU, con un sueldo más alto que el de ministra.

Esto lo recuerdo porque, siguiendo las tesis de la astróloga Pajín, resultaría que Sevilla podría entrar en los próximos meses en una conjunción planetaria. Es decir, que podrían gobernar José Luis Sanz en el Ayuntamiento, Juanma Moreno en la Junta de Andalucía y Alberto Núñez Feijóo en la Moncloa. Esa conjunción, además de ser la ruina del PSOE (perderían cientos de sueldos públicos), ofrecería un panorama inesperado para Sevilla. Sólo había ocurrido al revés. Por ejemplo, con Zapatero en la Moncloa, Chaves (o Griñán) en la Junta y Monteseirín en la Alcaldía. También ocurrió antes, con Felipe González en la Moncloa, Escuredo o Borbolla en la Junta y Manuel del Valle en la Alcaldía. Esa salió bastante bien. Pero nunca ha existido una conjunción con el PP.

Desde 1992, Sevilla ha sufrido un parón en las infraestructuras por los conflictos entre las administraciones. Se ha visto en el Metro, en la SE-40, en la A-4, en los enlaces ferroviarios y en casi todo. Esas broncas y peleas ya no tendrían sentido si los que gobiernan en la Moncloa, San Telmo y la Plaza Nueva son del mismo partido. Y, además, con la responsabilidad de que se le podría dar otra vuelta a la tortilla, dentro de cuatro años, si defraudan a los sevillanos. Pero si les sale bien, esto es Andalucía y es Sevilla, señoras y señores, y no las conocería ni la madre que las parió. Nadie pensó que la conjunción de Pedro Sánchez y Juan Espadas pudiera acabar así.

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