Alto y claro

José Antonio Carrizosa

jacarrizosa@grupojoly.com

Corredor mediterráneo

Sevilla no está haciendo lo que debiera para aprovechar la oportunidad que supone el corredor mediterráneo

No se revela ningún secreto si se dice que el principal proyecto de infraestructuras que tiene este país y Europa en su conjunto es el corredor mediterráneo, que debe dar sentido a la posición geoestratégica de España en un mundo que, desde un punto de vista comercial, está ya globalizado desde hace mucho tiempo. Tampoco lo es proclamar que Andalucía, una vez más, parece que tiene todas las papeletas para quedarse fuera, como se ha quedado en otras tantas operaciones de progreso. Podríamos incluso afinar más el tiro y decir que, dentro de Andalucía, Sevilla lo tiene todavía peor: la pieza clave de nuestra participación en ese corredor, el puerto y su área logística, están de capa caída y sin grandes perspectivas de reactivación.

El principal puerto del sur de Europa, el que debería competir con los grandes del mundo es Algeciras, pero su incomprensible, a estas alturas del siglo XXI, aislamiento ferroviario lo lastra irremisiblemente. El único puerto interior de la Península Ibérica es el de Sevilla, lo que en teoría debería colocarlo en una posición privilegiada. Pero la falta de calado debido a la imposibilidad de acometer un dragado por las posibles consecuencias ambientales en Doñana y algunos otros factores, el fracaso de la zona franca es uno de ellos, lo puede dejar al margen de lo que debería de ser una oportunidad de oro para el futuro de la ciudad. Desde hace ya muchos meses salta a los medios de comunicación -en este periódico se puede hacer un rastreo muy ilustrativo- la guerra que mantienen los puertos de Sevilla y Huelva. El episodio más controvertido fue la pugna derivada de la llegada del recinto onubense a Marabique, que terminaría costándole el puesto de presidente del puerto de Huelva a Javier Barrero, que había sido un peso pesado de la política en esa provincia. Esta misma semana ha vuelto a reproducirse la tensión tras lograr Sevilla una ruta de mercancías por tren con el cada vez más potente puerto de Sines, en Portugal.

Evidentemente, las cosas no van por el camino que debiera. El corredor mediterráneo es una oportunidad de las que se presentan una vez cada mucho tiempo. El reforzamiento de Algeciras y la potenciación del puerto de Sevilla pueden ser palancas de primer orden para Andalucía. La Junta ha enterrado muchos millones de euros en el trayecto por ferrocarril entre Sevilla y Antequera que podría ser una parte de esa red transeuropea ferroviaria en la que hay puestas muchas expectativas. También las buenas conexiones de la capital andaluza con Madrid servirían para este fin. Se trata de no quedarse fuera de uno de los proyectos clave para jugar, de verdad, un papel en Europa.

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