Durante años fue este día como el punto de partida para unas vacaciones que intercalaba el ejercicio de Rodríguez con el de ver crecer a los hijos en las interminables jornadas de las Tres Piedras. Era festivo este día de San Pedro y San Pablo y allá que emprendíamos la huida hacia el mar. Antaño, incluso había toros en este día, que recuerdo una salida en hombros por el Paseo Colón de un trianero que hizo concebir grandes esperanzas de novillero, José María Susoni. Hoy no emprendemos aventura alguna con la familia y ni siquiera hay toros en Sevilla, pero sí afrontamos el día con la ilusión de ver en la salita de estar un festejo que nos llena de ilusión. Será en El Plantío burgalés, ese moderno coso a orillas del Arlanzón, donde se celebre una corrida de alegrón a las pajarillas, pues hacen el paseo Morante, Urdiales y ese Juan Ortega tan necesitado de un triunfo.
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