Disculpen las molestias

Evitar destrozos no puede ser excusa para ir poniendo cancelas que privaticen barreduelas

En el monumento a Colón del Paseo de Catalina de Ribera están colocados, desde hace tiempo, unos carteles de papel, adheridos sobre la misma piedra del basamento y justo al lado del escudo de los Reyes Católicos y del busto del almirante, que tienen el siguiente texto: “Ayuntamiento de Sevilla. Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente. Disculpen las molestias. Fuente parada por reforma estructural y de las instalaciones”. Hasta ahí todo normal, salvo que los carteles están colocados sobre el mismo monumento que teóricamente se trata de proteger. Pero es que la fuente ya fue reparada y seguimos avisando de que la están arreglando. Todo tiene un punto surrealista. Alguien encargado de ello colocó los carteles. Después los fontaneros y jardineros correspondientes arreglaron la fuente y repararon el parterre y las flores. Pero aún no han vuelto los que deben retirar los carteles, que repito, nunca debieron colocarlos ahí, aunque la verdad es que visibles sí que están. Y todo ello en el monumento a Colón que se instaló en 1921, uno de los más airosos de la ciudad, por su altura de veintitrés metros, coronado por un león y con dos proas de carabelas a ambos lados que entrelazan las dos altas columnas y que está en todo su esplendor. Un diseño magnífico de Juan Talavera y Heredia y con esculturas de Lorenzo Coullaut Valera, profesionales responsables, una vez más, de algunos de los aciertos que adornan nuestras calles y plazas. Con la particularidad de que el citado monumento fue sufragado a iniciativa popular promovida por el periódico El Liberal, dirigido en ese momento por José Laguillo. Una gota de nostalgia por las iniciativas cívicas que embellecían la ciudad.

El Paseo de Catalina de Ribera y los Jardines de Murillo son un recorrido muy grato para caminar hacia el centro de la ciudad, cruzando por el barrio de Santa Cruz. Paseo compartido con grupos de turistas, españoles y extranjeros. Los desperfectos de la arboleda causados por los temporales ya han sido arreglados y las calles y plazas lucen bien. Es verdad que el vandalismo en algunas glorietas hace mucho daño, pero no por eso añoro otros tiempos. ¿Cuándo hemos tenido más monumentos restaurados que ahora? Creo que el cuidado y la atención a la Catedral, la Giralda y el Alcázar son mejores que nunca. Claro que no todo es así. Después del destrozo de la Cruz de Santa Marta, algunas personas han sugerido una cancela en el arquillo para evitar vandalismo, pero las cancelas que privatizan los adarves y barreduelas de la ciudad no son la solución. En algunos casos son simples abusos. Evitar destrozos no puede ser excusa para ir cerrando todo. ¿Por qué Santa Marta sí y Santa Isabel no? ¿Por qué el Patio de los Naranjos, uno de los lugares más bellos de la ciudad, está vedado a la visita callejera? ¿Por qué las calles peatonales y las nuevas amplias aceras son privatizadas sistemáticamente con veladores? ¿Nadie es responsable? Un cartel de disculpen las molestias no es suficiente.

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