Confabulario
Manuel Gregorio González
Valéry , 1918
Decir el 29 es suficiente para que muchos sevillanos sepan que estamos hablando de la Exposición Iberoamericana de 1929. Tal fue la fuerza transformadora que para la ciudad supuso la citada exposición. Desde hacía décadas, muchas personas hacían propuestas para que Sevilla abandonara el pintoresco pero insano fin del siglo XIX, con enfermedades, riadas y miserias. Finalmente, todos aquellos esfuerzos fueron cuajando poco a poco hasta el empeño colectivo que ilusionó a la ciudad y que, aunque lamentablemente no supuso un enorme cambio en lo económico y social, por la crisis mundial de la Gran Depresión de 1929, si supuso un nuevo aire para Sevilla. La ciudad, a partir de las propuestas higienistas de fin de siglo, tenía como prioridad actualizar infraestructuras y equipamientos (el ferrocarril, algún ensanche interior, el nuevo matadero, laboratorios municipales, etc…) y tomar un nuevo aire como en los ensanches que se proponían en otras ciudades.
La Exposición Iberoamericana se inauguró el 9 de mayo de 1929. Dentro de un mes faltarán cinco años para que se cumpla el centenario de la misma. Ha habido declaraciones señalando la importancia de la efeméride y que puede ser la ocasión para retomar un impulso de Sevilla, con la puesta al día de todas las obras de infraestructuras pendientes, aunque me parece que hay mucho por hacer y poco tiempo para hacerlo. Todo lo que rodea a Sevilla en su necesaria modernización y actualización, como en el 29 y en el 92, puede tener en esta nueva celebración la ocasión para rematarlo. Una vez más. Si no somos capaces del esfuerzo continuo y del mantenimiento de lo que tenemos, a ver si a golpe de fecha y acontecimiento se nos da mejor.
Los preparativos para el centenario tendrán que ocuparse obligatoriamente de poner en perfectas condiciones el legado arquitectónico y urbano de la Exposición, que es mucho y de importancia, como todos sabemos. Y la realidad es que nos coge con el pie cambiado. La Plaza de España sin planes definidos para solucionar su conservación y mantenimiento. El Teatro Lope de Vega cerrado. Los Museos de la Plaza de América en obras en el mejor de los casos, porque el de Costumbres Populares en el Pabellón Mudéjar, necesita actualizarse. Otros pabellones están necesitados de reparaciones urgentes como el de Guatemala. El puente de hierro, varado en una orilla. Los almacenes y tinglados portuarios de la exposición, estancados en el eterno teje y desteje de los planes y obras de Sevilla. La avenida de la Palmera sin avances en su protección definitiva. El parque de María Luisa falto del mantenimiento y cuido. Etc. Aún faltan cinco años, pero solamente quedan mil ochocientos días que diría Pellón. Y el presupuesto del año 2024 sin aprobar. ¿Se imaginan el 9 de mayo de 2029 con más líneas de Metro en funcionamiento igual que el enlace al aeropuerto, el tranvía terminado, la SE-40 lista y con todo el conjunto del 29 en perfecto estado y en uso para ser disfrutado por todos, sevillanos y visitantes?
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