Hará diez años en noviembre que llegó a la sede sevillana para suceder a un cardenal de indudable tirón carismático y se cumple hoy el cincuentenario de su ordenación sacerdotal. Don Juan José Asenjo Pelegrina vivirá hoy un día grande en la Catedral con el auxilio de dos pesos pesados de la Curia como los cardenales Amigo y Rouco. Y hay que remontarse a aquel 2009 de su llegada a la Sede de San Isidoro y a las espinas que guardaba una rosa tan magnífica. Cómo la sombra de don Carlos Amigo, tan alargada, ensombrecía su arribada, sus fías y porfías con el mundo siempre complicado de las cofradías y el desapego de una ciudad que lo acogió con reservas. Pero don Juan José fue entrando en la urdimbre de tan difícil plaza para enquistarse en ella hasta el punto de asegurar que cuando se pierda habrán de buscarlo por Sevilla. Felicidades, querido monseñor.