Visto y Oído

Antonio / Sempere

Esponjillas

EN la trastienda de los Cursos de Verano de la Complutense, como en todas las trastiendas, te enteras de cosas que tienen su interés. En uno de esos corrillos a pie de aula pude saber, por ejemplo, que cada una de las esponjillas que cubren las alcachofas de TVE, con el nuevo logotipo, costaron 35 euros. A mí me parece muchísimo. Pero eso es lo de menos. La cuestión es que, durante la transmisión del chupinazo, y cada vez que veía una alcachofa regada en vino, me acordé de los susodichos 35 euros. Y, por extensión, de lo que está pasando en la casa, en la televisión pública. De tantos y tantos avatares, económicos, pero no sólo. Tal vez los 35 euros de las esponjillas fuesen lo de menos. Pero desde luego que sí me parecieron lamentables, una vez más, las omisiones hacia lo que estaba ocurriendo en la plaza del Ayuntamiento. Donde en 2013 vimos la ikurriña gigante desplegada por pura casualidad, porque apenas quedó más remedio al realizador, y donde este año apenas se comentó nada que tuviese que ver con las pancartas demandando el acercamiento de los presos, ni aquella otra en que se mantuvo en el mismísimo epicentro de la plaza durante más de un cuarto de hora, en donde leían frases como 'Ni Madrid ni Barcina ni Felipe".

Y digo yo, ¿a estas alturas no estamos lo suficientemente maduros como para que una de las 26 cámaras o uno de los 80 profesionales destacados en Pamplona se digne a pinchar un plano corto de dichas pancartas?, ¿acaso silenciando una realidad ésta deja de existir? En mi humilde opinión es en estos no tan pequeños detalles donde TVE pierde su credibilidad. He ahí donde residen algunos de sus problemas, y no en las carísimas esponjillas.

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