LA ampliación del Palacio de Congresos es, por el momento, una primera piedra del calendario preelectoral. El horizonte de inauguración es el de la primavera de 2010. A sólo dos años vista, Sevilla tiene que estar ya peleando para incluir en su calendario convenciones de primera línea por su volumen de expositores y participantes, que justifiquen una inversión superlativa: 66 millones de euros sólo en obras de construcción. Y la competencia es muy dura porque son muchas las ciudades que compiten por el pastel.

Durante diez años (2001-2010) el debate está centrado en quién pone el dinero para sostener Fibes. Pero, cuando el debate se centre en quién pone los congresos, la economía andaluza apenas tiene fuerza de liderazgo para fijar en Andalucía alguna celebración en las ferias anuales de cualquier sector, casi todas son y serán en Madrid, Barcelona y Valencia.

El éxito de Fibes va a depender mucho de cazar convenciones nacionales e internacionales que se organizan de modo singular o cuya sede es rotatoria cada año. Eso hace el sector hotelero de Sevilla desde el centro de convenciones en La Juliana, y desde varios hoteles, con eventos que reúnen en sus salones de 200 a 1.000 personas. En ese contexto, Fibes aporta realmente valor añadido a Sevilla cuando alberga convenciones como la que monta la multinacional IBM del 14 al 18 de abril. Van a pasar por Sevilla 3.000 personas (ejecutivos, ingenieros, comerciales...). A cada uno, tomar parte durante 5 días le costará unos 1.250 euros. A cambio, van a recibir formación de primer nivel en la arquitectura de sistemas informáticos y en aplicaciones tecnológicas de última generación, bien para su manejo bien para saber venderla.

La rentabilidad de Fibes obligará a gestionar cada año una veintena de eventos como el de IBM, y unos 40 de menor envergadura. Lo contrario sería tener mucho continente y poco contenido.