DERIVA molesta la que ha tomado la Feria a causa de una masificación como no se conocía. Ni en los tiempos más gloriosos de la fiesta, tiempos del Prado incluidos, se han dado bullas como las que están produciéndose por las tardes. Mayormente en las aceras de los pares de las tres grandes arterias, que son Juan Belmonte, Joselito el Gallo y Gitanillo de Triana, es que no se puede andar. Para darnos una idea, es como si la Feria fuese una inmensa botellona, o como si toda ella fuera una enorme calle Parras el Viernes Santo por la mañana. Entre el calor que hace en las casetas y la fanática persecución a los que aún tienen la costumbre de fumar, por las aceras no hay quien ande. Y si usted cae en la torpeza de rematar en la punta contraria a donde dejó el coche, usted no llega a tiempo de nada. Son unas horas tan sólo, desde las cuatro de la tarde a las once de la noche o así, pero qué bullas, amigo mío.
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