Alto y claro

José Antonio Carrizosa

jacarrizosa@grupojoly.com

'Good news', para variar

Sevilla está resistiendo bien, tanto en actividad como en empleo, la desaceleración del crecimiento económico

E N Sevilla no estamos acostumbrados a las buenas noticias. Quizás porque no se producen demasiadas aplicamos el manido principio del periodismo anglosajón de good news, no news. Las buenas noticias no son noticias, no venden. Es mucho más fácil hundirse en el pesimismo que proclamar que algunas cosas van más o menos bien. Rompamos aquí esa mala costumbre local para resaltar que en el mismo día de la semana que hoy termina conocimos el primer barómetro socioeconómico de Sevilla que realizan el Colegio de Economistas y la Universidad Loyola y que demuestra que Sevilla está resistiendo bien la desaceleración del ritmo de crecimiento, tanto en actividad económica como en generación de empleo, y el informe del Círculo de Empresas de la Construcción, Consultoría y Obra Pública que coloca al Ayuntamiento de Sevilla como la administración local más dinámica a la hora de invertir en infraestructuras.

Si Sevilla tiene que prestarle atención a algo es a sus datos de empleo. La falta de un tejido productivo capaz de generar puestos de trabajo ha sido siempre la principal debilidad de la ciudad. El hecho de que los niveles de paro se vayan a situar en los ratios que tenían antes de la llegada de la crisis es claramente positivo. Con un crecimiento del 2,4%, superior al que se prevé para Andalucía y para el conjunto de España, la creación de puestos de trabajo debe continuar a buen ritmo, aunque, ahí está el problema, con una excesiva dependencia de la construcción y del turismo. Es decir, el empleo en Sevilla depende de dos sectores con escasa exigencia de cualificación y muy sujetos a factores de coyuntura. Sobre el turismo, por ejemplo, se cierne ya la amenaza del Brexit que va a tirar a la baja de nuestro principal mercado.

El barómetro del Colegio de Economistas y de la Universidad Loyola constata que el turismo ha actuado en los últimos años como motor económico de la ciudad. De hecho, la celebración a primeros de abril de la Cumbre Mundial de Turismo, el evento en el que está previsto que participe Barack Obama, supone la plasmación de esa fortaleza más allá de ninguna otra consideración. Pero seguimos sin subirnos al tren de las nuevas tecnologías. Sectores con fuerte valor añadido y alta carga de investigación y desarrollo siguen teniendo una presencia puramente testimonial en la ciudad y eso supone que el talento que somos capaces de producir en nuestras universidades no encuentra sitio para quedarse.

Pero sobre una base más o menos sólida se puede actuar en varias direcciones y eso es lo que tiene que hacer Sevilla, que aparece con un horizonte en el que se abren claros. Y eso, para variar, es una buena noticia.

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