La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El gazpacho que sufrimos en Sevilla
Cuando acabó el pestilente Kosovo-España y Suecia tropezaba de forma sorprendente en Atenas recobrábamos la ilusión que da liderar el grupo que proporciona el pasaporte a Qatar 2022, ¿pero tiene fundamento esa ilusión? Bueno, la ilusión es gratis y lo gratis siempre es bienvenido cueste lo que cueste, pero ¿da pie esta selección a ello? No sé, pero lo cierto es que el equipo que elabora Luis Enrique no inspira demasiada confianza.
La victoria de Grecia sobre Suecia le ha dado un vuelco a las perspectivas, ya que ahora también Grecia depende de sí misma y eso hace que el partido del 11 de noviembre en Atenas haya adquirido unos tintes inesperados. Quiere decirse que el favor de los helenos derrotando a Suecia hace que nos esperen con el cuchillo en la boca. ¿Y está esta selección capacitada para ir al frente a bayoneta calada? Sin ir más lejos, antier estuvieron los kosovares cerca de hacernos daño.
Los agujeros en defensa suelen prodigarse, lo que lleva a pensar que con esta tropa siempre está la pelota en cualquier tejado, la moneda en el aire, cada uno en su casa y Dios en la de todos. Cada partido que pasa más nos acordamos de cuantos centrales cimentaron los éxitos. Siempre Puyol, Sergio Ramos y Piqué en un recuerdo que no borran cuantos centrales van pasando lista. Que Kosovo te haga tres ocasiones de gol claras da mucho que pensar y poco para confiar.
Y aunque este demoníaco calendario da poco margen a la distracción, con la cita de San Siro con Italia en un mes para otra cosa, este respiro nos permite alcanzar lo que perdimos en Estocolmo. Es que dependemos de nosotros mismos, pero la batalla de Atenas se prevé ahora más cruenta que antes, pero ineludible para que lo del 14 de noviembre en La Cartuja no sea un trámite. Se avecinan tiempos tan complicados como ilusionantes y a ver si el equipo da pie a ello.
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