Artículos

Tomás García Rodríguez

Historia de las ferias de Sevilla

Alfonso X concedió a Sevilla el privilegio de establecer dos ferias anuales de quince días

06 de mayo 2022 - 22:33

En la Antigüedad, el término latino feria, que ha llegado inalterado hasta nuestros días, hacía alusión a fiestas y reuniones de carácter religioso, aunque en el trascurso de la Edad Media irá asociándose a unas prácticas mercantiles que prevalecerán con el tiempo sobre su origen sagrado. Estos mercados temporales se expandieron por Europa con el objetivo de acercar a comarcas de menor población las mercancías que no estaban a su alcance. Carentes de componente lúdico, cuya naturaleza es plenamente contemporánea, la concesión real de ferias incentivaba en las localidades elegidas la construcción de lonjas, calzadas o iglesias. El comienzo de la compraventa era anunciado con repique de campanas, ofreciéndose alimentos frescos y salazones; sustancias medicinales como áloes, alcanfor o ruibarbo; perfumes de ámbar, incienso, almizcle o agua de rosas; paños, vestidos, calzado, curtidos, esculturas, piezas de orfebrería, libros, maderas, ganado, armas, joyas...

Alfonso X el Sabio concede a Sevilla el 18 de marzo de 1254 el privilegio de establecer dos ferias anuales de quince días cada una. Se fijan en torno a Cincuesma -Pascua del Espíritu Santo o Pentecostés- y a San Miguel, estando libres de pago del portazgo, salvo los paños moriscos, impuesto que regulaba el paso por determinados lugares. La fundación alfonsí obedecía en principio a la recuperación económica de la ciudad tras la conquista cristiana y a incentivar su repoblación. No existe base historiográfica sobre el lugar donde se efectuaban, aunque es probable que radicaran en el entorno de la actual calle Feria, dando origen al nombre. Está documentado que desde comienzos del siglo XV hasta 1432, ya en recesión, se desarrollan en el Patio de los Naranjos de la mezquita-catedral.

A mediados del siglo XIX, los ediles del consistorio hispalense José María Ybarra Gutiérrez de Caviedes y Narciso Bonaplata y Curiol elevan una propuesta para organizar un certamen anual de agricultura y ganadería, principales fuentes de riqueza de la capital. Aprobada en Real Decreto por la reina Isabel II en 1847, la feria se celebraría entre los días 18 y 20 de abril en el Prado de San Sebastián, y no en Pentecostés (mayo-junio) como estableció Alfonso X. El emplazamiento elegido era idóneo por sus pastos y la cercanía a la Puerta de San Fernando. El carácter agropecuario fue el único objetivo de la refundación para sus promotores, que no imaginaban que la vertiente lúdica anularía con el tiempo su impronta primaria y se convertiría en la famosa Feria de Abril. La de septiembre se recuperaría en 1875, siendo alcalde José María Ybarra, manteniéndose hasta 1970 y perdurando hoy en las renombradas corridas de toros de la Feria de San Miguel.

"Doles e otorgoles para syenpre que fagan en Sevilla dos feryas; la primera que sea por Cinquesma, quinze dias ante o quinze dias despues; e la segunda ferya que sea por Sant Miguel, quinze dias ante o quinze dias despues" (Privilegio Real, Alfonso X).

stats