Visto y oído

Francisco / Andrés / Gallardo

Hussein

EL hombre que es capaz de sacrificar a su mejor amigo es un hombre sin flaqueza. A los ojos de mis enemigos ahora soy más fuerte...". Son las palabras de un Saddam Hussein de ficción tras haber asesinado a su hombre de confianza en una escalada tan violenta como demente para acaparar el poder absoluto. Da mucho vértigo House de Saddam. Cómo los malos gobernantes y su telaraña de intereses e intrigas puede convertir en desgraciados a millones de conciudadanos. House of Saddam la estrena esta noche Canal +, así que si pueden échenle un vistazo. Es curioso que sea un israelí, Yigal Naor, el que magistralmente interprete al dictador iraquí.

La misniserie es una coproducción entre la cadena premium norteamericana HBO y la pública británica. Y por productos como este, una revisión dramatizada de 30 años en Iraq, se comprende por qué se insiste en decir que la BBC es la mejor emisora del mundo. Aunque a TVE le quiten la publicidad y la financien los cuñados privados y los primos telefónicos, aún le quedan muchos años para tener un engranaje de calidad natural como el de los canales que pagan los británicos a tocateja. Contemplar House of Saddam, o los recientes documentales de Yellowstone, despiertan envidia. Los de la BBC no sólo ofrecen una televisión excelente, sino que además la saben vender y comercializar.

Como si fueran Los Soprano en Mesopotamia, los cuatro capítulos de este Falcon Crest con bigote es la acuarela de un terror que se trajina en simples reuniones familiares. Lo que parece ficción se recubre de recursos documentales y eso es lo que más estremece de House of Saddam: parece travestida de culebrón de lujo, pero por las costuras se le aprecia una realidad que aterroriza, y mucho, al espectador.

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