La ventana

Luis Carlos Peris

Insólita expectación ante un pregón

REVENTA como cuando en vez de ser Domingo de Pasión lo era de Resurrección y nuestro Curro aparecía vestido por Iris de esplendoroso verde y oro. Al conjuro del pregonero, las expectativas se han desbordado como nunca habría esperado ese sector conservador que tanto hizo porque se retrasase como se ha retrasado la presencia de Antonio Burgos en el atril desde el que se pregona la gran celebración sevillana. Mañana es el día y el cartel de no hay billetes no sólo está asegurado, sino que harían falta varios teatros como el coliseo del Paseo de Colón para cumplir con todas las peticiones de entradas. No se conocía algo así y mucho habrá tenido que ver, junto a la indudable competencia del personaje, esa forma de no dejarse ver, clave para que te echen de menos y no de más. Dicen que Joaquín Moeckel, su apoderado, está como estaba El Pipo cuando el Benítez dejaba chicas las plazas, sin dar abasto.

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