Prohibido vender alcohol en Andalucía a partir de las seis de la tarde, como si sólo el alcohol que se vende a partir de esa hora fuese fuente de contagio. Por lo visto, el que se compra antes de las seis no conlleva peligro de reunión clandestina con el consiguiente contagio del bichito que nos arruina la vida día a día. Paralelamente, la hostelería vasca se reabre por orden judicial, lo que deja con las patas colgando a la autoridad civil en general y a la sanitaria en particular. Y viendo lo que vemos no podemos más que reconocer que esto es un descalzaperros impresentable e inasumible por una sociedad harta de estar harta. Ley seca aquí y ley húmeda allí para poder reunirse al calor de una buena botella, vivir para ver, y a esperar qué deriva coge esto, mientras el sedicionismo catalán se propone apretar filas el domingo a fin de acelerar la desmembración de España.
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