NOTAS AL MARGEN
David Fernández
Los profesores recuperan el control de las aulas
PODRÍA interpretarse esta nueva entrega periodística como especie de carta abierta al grupo de personas que dirige hogaño al por siempre Real Betis Balompié, pero no pasa de ser una pieza en la que se opina sobre algo que huele regular. Opinión con toda la carga de subjetividad que puede llevar la visión de un ojo humano y con la única pretensión de desvelar cómo se contempla desde este rincón el panorama de tan apetecible y sevillano club.
Quisiera con estas líneas zamarrear la conciencia del actual consejo bético porque no debería olvidar que cuando el demonio duerme mata moscas con el rabo. Eso, cuando duerme, pues en el momento que despierta porque sus rivales se lo ponen tan en bandeja como se le están poniendo ahora las cosas llega el lío. Y ya se sabe que en aguas revueltas hasta los descalificados para la pesca pueden llenar sus redes, redes de por sí generalmente abiertas para enredar lo que sea.
El consejo actual, que está ahí puesto por la juez que entiende que anteriormente las cosas no se hicieron como es debido y, no se olvide, porque un grupo de béticos impagables pusieron sus haciendas y su tiempo en hacérselo ver, debería recapitular y dejarse de torpes comportamientos. Todo a fin de que el demonio no pase de matar moscas con el rabo y le dé por volver a las andadas, a unas andadas que parecen olvidadas por culpa de unos marcadores que no son de recibo.
Y esos malos resultados son los que han avivado la figura fantasmal de un personaje que debiera estar proscrito por todo bético de verdad. Es más, creo que todo bético auténtico lo proscribió tiempo ha y eso no entra en el terreno de la subjetividad. Con la colaboración de algún epatante y de las violentas mesnadas asalariadas, los nostálgicos que conozco no son de la causa, precisamente. Pero a ver si el Consejo se ata los machos de una puñetera vez y piensa en el Betis.
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