Crónica Personal

El PP tiene un proyecto

Feijóo da prioridad a la economía y esta semana se reunirá con CEOE, Cepyme, UGT y CCOO

Al presidente de gobierno le empieza a fallar el argumentario. Lleva años acusando al PP de no tener proyecto económico, consciente Sánchez de que el futuro económico preocupa seriamente a la mayoría de los españoles, y eso se le empieza a venir abajo. Casado, evidentemente, tenía proyecto económico, pero no supo venderlo. Feijóo sin embargo le ha dado prioridad absoluta y deja a los socialistas sin su principal arma de ataque. De hecho, los medios que desde el primer momento dieron la vara a Feijóo centraron las críticas en su falta de propuestas económicas. Esa historia ya no les sirve.

Esta semana hará reflexionar a quienes asumen con simpleza que los sindicatos están hermanados con la izquierda y los empresarios con la derecha. Intentará demostrar que hay posibilidad para posiciones más flexibles, y al menos esta UGT y estas CCOO están dispuestas a escuchar a partidos de centro y derecha. Pepe Álvarez aceptó la invitación y acudió al congreso del PP; Unai Sordo envió a un miembro destacado de su ejecutiva.

Feijóo da prioridad a la economía. Con caras nuevas, lejos de las que se mencionaban siempre, Guindos, Montoro, Cañete y Pizarro entre otros, e incorporó a la dirección nacional a Juan Bravo, el consejero andaluz que con sus decisiones ha dado impulso a Juanma Moreno y a la Junta. Mañana, Feijóo recibirá en Génova, por separado, a los presidentes de CEOE y Cepyme, y a los secretarios generales de UGT y CCOO. Quiere escucharles, presentarles las líneas maestras del programa que quiere enviar al presidente de Gobierno y, si cabe, incorporar a ese programa las sugerencias que considere aceptables.

Que se ande con ojo Sánchez, que tiene en la oposición a un líder que sabe pisar la arena y además cuenta con una experiencia de gestión que para sí quisieran muchos. El calendario además es adverso para Sánchez: una buena jugada habría sido hacer coincidir las generales con las andaluzas, que se convocarán en pocos días. Pero Sánchez no quiere perderse ser el anfitrión de la cumbre de la OTAN que se celebra en junio en Madrid, aunque es arma de doble filo. Ni Sánchez cuenta con el prestigio internacional que le permitiría convertirse en un anfitrión con papel fundamental, ni la guerra de Ucrania va a permitir que los presidentes de las potencias militares escuchen con excesivo interés lo que proponga un Pedro Sánchez que gobierna con un partido que no es muy amigo de la OTAN, no apoya a Zelensky, es contrario a ampliar el presupuesto de defensa y es incapaz de condenar a Putin.

La España política se mueve y Sánchez tiene motivos para sentirse en peligro. Tiene enfrente un rival que no está a rebufo de los que marque Moncloa, sino que toma iniciativas.

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