Tribuna económica

Joaquín Aurioles

Perspectivas placenteras para el verano

SEGÚN la Junta de Andalucía, la economía andaluza se dirige a marchas forzadas hacia la recuperación. O quizás sería más apropiado decir que es trasladada en volandas por un entorno económico cada vez más favorable y también más independiente de la cicatera ortodoxia financiera centroeuropea. La elevación del pronóstico de crecimiento para 2014 hasta el 1,4% supone cuadruplicar las previsiones que se realizaban hace tan sólo unos meses, cuando la presentación de la vigente Ley de Presupuesto, y permite dos lecturas. Por un lado, que los responsables de elaborar las previsiones se están viendo desbordados por acontecimientos imprevistos, lo que desgraciadamente lleva a considerar que el nivel de despiste en la Junta de Andalucía sobre lo que tienen en sus manos es considerable. Por otro, que su margen de maniobra para gobernar sobre su economía es tan limitado, que se limita, en la práctica, a disfrutar de una posición privilegiada para observación, que lógicamente hay que cambiar de vez en cuando, en función de lo que marquen los tiempos.

Hay que reconocer, no obstante, que se trata de un ejercicio prudente de revisión de pronósticos, cuyo apoyo principal ha debido ser el aumento previsto en la producción de servicios, especialmente el turismo, que nuevamente vuelve a sacarnos las castañas del fuego, y en la producción industrial de manufacturas orientada hacia la exportación. En definitiva una inyección de actividad procedente de la demanda externa, que permite compensar una nueva caída en el capítulo de inversión, que continua a la deriva del naufragio del sector inmobiliario, y en el gasto público, dejando claro que el sector público ha tomado el relevo de la construcción como principal obstáculo a salvar por la economía andaluza para adentrarse de manera definitiva en la senda de la recuperación.

Son las razones que llevan a un número cada vez mayor de expertos a aceptar que en 2014 tendrá lugar la deseada inflexión en la tendencia depresiva de la economía andaluza. La mayoría de ellos también coincide en recomendar moderar el optimismo, del que hace unos días hacía gala el presidente de Unicaja en este periódico. Valoraba el profesor Medel las favorables consecuencias para Andalucía de las recientes medidas de estímulo monetario del BCE, a pesar de que todavía nadie ha conseguido aclarar porqué en esta ocasión, y a diferencia de las anteriores desde el primer trimestre de 2008, funcionará correctamente el mecanismo de transmisión de los impulsos monetarios sobre la economía real. De momento, sus efectos se han dejado sentir en la Bolsa y en el sorprendente comportamiento del mercado de deuda pública, confirmando que la inyección de dinero por parte del BCE siempre engorda los circuitos del sector financiero, pero que desde hace seis años difícilmente alcanza el mercado del crédito al sector privado. La alarmante consecuencia, porque dibuja el estigma característico de los procesos de burbujas especulativas, es que la economía real y la financiera no solamente parecen estar cada vez más alejadas, sino que además parece que hubiesen decidido tomar caminos contradictorios.

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