Pinchazos a traición en discotecas como el ingrediente que le faltaba al pestilente guiso que se cocina a diario en esta tierra de garbanzos e inicuidades. Con las facturas alcanzando de lleno el disparate y ese Gobierno deshaciendo a su antojo nuestras vidas, lo que le faltaba a este panorama es la agresión del pinchazo a traición. Ratas de día en la Plaza Nueva y pinchazos de noche en cualquier lugar de esparcimiento y aglomeración. Mentes criminales obrando a su antojo a fin de que la planteada violación sea asequible. Todo es un puro disparate, esta vida que nos ha tocado en su último tramo no hay por donde cogerla y es la venezuelización que tanto temíamos y que sólo está a falta del pase de la firma para su confirmación. ¿Llegará algún día la regeneración deseada para una vuelta a la normalidad? Cuestión asaz complicada, sólo faltaban los pinchacitos.