La ventana

Recuerdo y nostalgia del estilo marista

JUNTO a los Jesuitas y los Escolapios, el colegio de los Hermanos Maristas formaba la trilogía de colegios religiosos del centro. Los primeros en exiliarse fueron los jesuitas, que se trasladaron a Nervión, y los últimos los Escolapios, que emigraron a Montequinto. Los Maristas hasta llegaron a simultanear dos centros, ya que se empezaba en Jesús del Gran Poder y se terminaba en San Pablo. Y es que desde que, en 1933, los de la Orden de Marcelino Champagnat llegasen a Sevilla por la calle San Eloy siempre fue un colegio del centro. Incluso ahora que está en extramuros no lo es tanto, ya que se ubica en la frontera que separa, o une, a Triana con Los Remedios. Setenta y cinco años de que esos forjadores de personas normales, lo que no es poco, se asientan en Sevilla y a uno, que su infancia no son recuerdos de huerto con limonero alguno sino de estilo marista, se le remueven los adentros en prueba de agradecimiento y de nostalgia.

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