La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Sevilla seguirá, de momento, sin cardenal
EN cincuenta días, del 21 de abril al 9 de junio, tres resultados electorales marcarán el contexto político en el que se decantará el futuro de la XV Legislatura. Las votaciones en el País Vasco, Cataluña y en toda España para elegir a los europarlamentarios nacionales tendrán por distintos motivos trascendencia en la estabilidad del Gobierno.
La competencia entre socios del Ejecutivo de Pedro Sánchez en Euskadi y Cataluña se conocerá primero. En el caso vasco, los socialistas del PSE tendrán que hacer de árbitros entre PNV y Bildu, a quienes los sondeos auguran un ajustado resultado que se dirimirá por un escaso margen de votos e incluso con empate a escaños. Cuál de los dos partidos esté por delante y por cuánto margen delimitará si es viable la reedición del pacto PNV-PSE y si los de Arnaldo Otegi lo aceptan sin cuestionar su apoyo al Gobierno, que es la opción más probable.
La convocatoria catalana es la más trascendente, por la compleja y cruenta relación entre los independentistas que invistieron a Sánchez y que le han arrancado una infame ley de amnistía. El PSC lleva ventaja en los sondeos, pero no está claro ni si Salvador Illa –que ya ganó los anteriores comicios– podrá gobernar –solo o en coalición– y quién se hace con el primer puesto en la competición entre ERC y Junts, que está mediatizada por la presencia del prófugo Carles Puigdemont como candidato, quien humilló de nuevo a Sánchez en su discurso de autoproclamación, recordando que le ha arrastrado a declarar “totalmente constitucional” una amnistía que antes no cabía –en realidad sigue sin caber– en la Carta Magna.
Cualquiera que sea el resultado catalán complicará la gobernanza a Sánchez, que seguirá en una situación de debilidad extrema. Que será aún mayor si el resultado de las elecciones europeas confirma que el PP es, como en julio, el partido más votado, pero con una distancia mucho mayor.
Es precisamente en la necesidad de Sánchez de evitar un desfallecimiento que desemboque en la caída de su Gobierno lo que amplifica el riesgo de que convoque algún tipo de consulta para satisfacer la demanda independentista del inexistente derecho de autodeterminación.
Las urnas pueden dejar una realidad política en el que el único aliciente para que Junts, ERC o Bildu sigan apoyando a Sánchez sea la consecución de los referéndums. En plural: en Cataluña y País Vasco. El presidente aún los niega porque están fuera de la Constitución. Justo como la amnistía hasta el 23 de julio.
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