Nada hay nuevo bajo el sol, todo está inventado, incluso lo que está por inventar, y dudo que el primer hombre que pisó la Luna fuese el comandante yanqui Neil Armstrong junto a Aldrin y Collins. Perdida en la noche de los tiempos debe encontrarse algún episodio idéntico, como habrá habido alguna civilización que ya disfrutase de los auxilios, por ejemplo, del aire acondicionado. Me vinieron a la sesera estas divagaciones mientras asistía a la presentación del último libro del prolífico Paco Robles. Ahí abundaron paralelismos entre personas, ciudades y modos de vida, señal inequívoca de que todo ha ocurrido alguna vez. La trama se centra en el Palacio de San Telmo, con una serie de desgracias a guisa de maldiciones que dan la impresión de haberse extrapolado a hoy. Lean la novela y verán cómo todo ya ha sucedido, de oca a oca y tiro porque me toca.
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