Pocas cosas hay en la vida que se eternicen más que el invierno en el toreo, conque pasado ya he vuelto a engancharme al Canal Toros y ahí ando matando la tarde con los festejos de Valencia. Y en ello me topé la otra tarde con un héroe de por aquí abajo que atiende por Octavio Chacón y que se la jugó de verdad saliendo de la enfermería para matar a su segundo a pesar del tabaco que llevaba encima. Y viendo cómo transcurren las Fallas se me vino al caletre un suceso que va a cumplir el lunes sesenta años, sesenta. Se trata de la alternativa de mi torero y no sé si tengo que aclarar quién es mi torero, que quizás no haya sido el mejor de todos los que vi, pero sí el que más hondo me llegaba. Era 18 de marzo de 1959, toros del Conde de la Corte para Gregorio Sánchez, Jaime Ostos y un novillero de Camas llamado Curro Romero. Sesenta años ya, cómo se va la vida.
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