Tengo la impresión de que la arquitectura de este siglo no goza de mucho aprecio entre los sevillanos. Quizás entre todos hayamos dado pie a que se confunda la buena arquitectura actual con lo que se edifica, como algunas residencias de estudiantes recientes, entre las que se lleva la palma como ejemplo de mala arquitectura la de la calle Ramón Carande. Sin embargo, hay un gran número de muy buenos arquitectos, de todas las generaciones, desarrollando su labor en Sevilla, más que nunca diría yo, reconocidos en España y en otros países, edificando y ganando concursos de importancia. Hace tiempo el Colegio de Arquitectos ha impulsado ese contacto entre los sevillanos y la arquitectura, con visitas, paseos y rutas que tienen muy buena acogida, pero son un número muy limitado de personas las que pueden oír de primera mano lo que opinamos los arquitectos de la labor de otros colegas de hoy y de todas las épocas y por qué. También el Colegio ha fomentado premiar y reconocer los mejores trabajos de los arquitectos locales, pero no deja de ser una labor de consumo interno que trasciende con dificultad a la ciudad.

Acaba de haber elecciones en el Colegio de Arquitectos y en el Ayuntamiento. Y hay años por delante para establecer una imprescindible colaboración y que el sevillano vea cómo la arquitectura del siglo XXI contribuye a la mejora de su ciudad. Se han probado fórmulas diversas en el pasado, seguramente hay que buscar nuevas maneras. Tendrán que formar parte del empeño más instituciones y en la complicidad de los objetivos: Escuela de Arquitectura, Academia de Bellas Artes, Junta de Andalucía, medios de comunicación y una clara participación ciudadana. Y generosidad y trabajo por parte de todos.

Se me ocurre la idea leyendo que en la ciudad mexicana de Puebla su Ayuntamiento y el Colegio de Arquitectos, con el apoyo de otras instituciones han convocado a los profesionales de la arquitectura, el urbanismo y carreras afines a participar en un concurso con el lema “Rehabilitar y habitar”, que aunque en su caso está pensado para el casco histórico preferentemente, en Sevilla creo que lo lógico es aplicarlo a toda la ciudad, a todo tipo de enclaves y barrios, históricos y periféricos, a espacios, plazas y equipamientos que consigan que los barrios sean completos en las necesidades cotidianas. También las orillas del río, rondas de circunvalación y espacios residuales. Hay que distinguir a las mejores actuaciones, públicas y privadas, que se conozcan, se difundan y valoren, mostrando su interés y las razones de este.

Rehabilitar la ciudad en todos sus aspectos: habitabilidad, accesibilidad, zonas verdes. Soluciones que favorezcan sombra, limpieza, mantenimiento, ahorro del agua y otros recursos como la energía y siempre con actuaciones de arquitectura actual, para que todos tengamos claro que, si lo conseguimos, estaremos rehabilitando tanto la ciudad en todas sus formas como la dignidad de sus habitantes, que merecen lo mejor.