Soberbia, torpeza, ideologización

Es muy difícil acertar. Pero lo dificulta aún más la mezcla de torpeza, soberbia e ideologización

13 de junio 2020 - 02:30

Va a ser prácticamente imposible demostrar judicialmente que sabían, pero no hicieron. Los fallos del Gobierno en la prevención del contagio se funden y confunden con los de China, la OMS, la UE y la mayoría -no todos- de los gobiernos europeos. Mal de muchos, absolución de todos. Centrarse en la manifestación del 8-M es un error que permite identificar la crítica con el antifeminismo y con la derecha que según Iglesias es golpista y según Sánchez intenta derrocar al Gobierno, cuando el foco no solo debe estar puesto sobre esa manifestación sino sobre todas las grandes concentraciones deportivas, políticas y de todo tipo permitidas mientras la epidemia avanzaba en Italia.

Allí están en marcha investigaciones sobre las responsabilidades. La Fiscalía italiana ha citado al primer ministro y a los titulares de Sanidad e Interior por la gestión de la pandemia. Escribía ayer Michele Anis en La Repubblica: "Si hay una víctima, debe haber un culpable. Y en el territorio de Bérgamo las víctimas han sido demasiadas, tantas como para ganarse el primado mundial en defunciones con relación a la población. ¿Podían haberse evitado? ¿Era posible circunscribir el contagio? ¿Hay una responsabilidad penal en la inercia de los poderes públicos?".

En España la ya de por sí difícil cuestión de las responsabilidades se enfanga al reducirla a un enfrentamiento entre feminismo y antifeminismo, y entre legítimo Gobierno progresista y oposición golpista y derrocadora. Responsabilidades que no se limitan al 8-M y su entorno. Desde mentir diciendo que las mascarillas no eran necesarias porque no había existencias (Simón, 20 de mayo: "No tiene sentido que los ciudadanos sanos usen mascarillas") hasta el caos educativo, pasando por la inexistente comisión secreta de expertos o la incapacidad (o falta de voluntad) para establecer el número real de fallecidos, los errores y mentiras del Gobierno se acumulan. Mientras sigue habiendo muertes se informa de cero fallecidos. Mientras se aprueba la vuelta presencial a las aulas en un colegio de San Sebastián, como dando la razón al Gobierno vasco por no suscribir el acuerdo en Educación, suspende las clases presenciales de cuarto de ESO y primero de Bachillerato por un caso sospechoso y las familias de los alumnos deben permanecer en cuarentena. Es muy difícil acertar. Pero lo dificulta aún más la peligrosa mezcla de torpeza, soberbia e ideologización.

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