Las dos orillas

José Joaquín León

Tablada o el espacio inútil

DENTRO de algunos años, cuando Monteseirín y Zoido estén jubilados, quedarán a tomar café en el Nuevo-Nuevo-Pero Nuevo Bar Laredo y el actual alcalde coaligado le dirá al actual ganador de las últimas elecciones municipales:

-¿Te acuerdas de Tablada? El TSJA acaba de tumbar el octavo expediente municipal de expropiación.

Así es Tablada, un mundo aparte, el espacio inútil por definición. Es un jaramagal, que actualmente no sirve para nada; está condenado a la inutilidad permanente, porque en eso consiste la gracia.

Repasemos la jugada. Desde hace siete años, el alcalde Monteseirín pretende la realización de un superparque periurbano de 350 hectáreas (como siete Alamillos o así), cuyos detalles no ha concretado. Le han tumbado en los tribunales dos expedientes de expropiación y pronto planteará el tercero, que volverá a ser recurrido por los propietarios del suelo, entrando en otro proceso que durará varios años más. A su vez, los propietarios pretenden construir en la zona una preciosidad residencial, que es imposible según el actual PGOU, y que vamos a ver cómo la venderían y quién la financiaría con la actual coyuntura económica de tiesos totales.

En resumen, lo que pretenden unos y otros es imposible y además no puede ser, mientras no se demuestre lo contrario. Esto es, en versión zona verde, como la venta del Betis en versión zona verdiblanca: que Lopera lo venderá, se supone, pero no se sabe cómo. Y en Tablada se construirá un parque tal que tomen por loco a Monteseirín, pero no se sabe cómo, y las empresas de Tablada ofertarán las maravillas de una nueva Sevilla, pero tampoco se sabe cómo.

A lo largo del siglo XX, hubo otros casos como el de Tablada. Años y años hablando para no hacer ni el huevo duro. Nicolás Salas ha estudiado esto en sus libros. ¿Se acuerdan del canal Sevilla-Bonanza, en los tiempos de Franco? ¿Y de los Juegos Olímpicos que pidió Rojas-Marcos, con estadio incluido donde jugarían el Sevilla y/o el Betis? ¿Qué ha sido el Metro, hasta que no circule el primer vagón? Las primeras estaciones se construyeron cuando estaba Luis Uruñuela como alcalde. Y el consejero de Obras Públicas de la Junta que lo inició fue Francisco García de la Borbolla. Querían tenerlo a tiempo para el Mundial 82. Pero Naranjito no pudo inaugurarlo, ni el pájaro Curro de la Expo 92. Ya queda menos.

Pero no seamos pesimistas, por favor. Es posible que algún bisnieto-primo en séptimo grado de Monteseirín inaugure el parque verdísimo de Tablada, con permiso de los descendientes de Viera, supongo. Algunos lo verán con telescopios desde la Torre Pelli.

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