La ventana

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

Tremendo lo de la saeta en el chiringuito

Este año no hay geos suficientes como para sacarme de casa, pero hubo una vez que un servidor lo vivió. Fue que uno que estaba en una esquina de la barra del chiringuito y que atesoraba en la barriga bastante más vino que gaseosa, recompuso la figura y se arrancó con una saeta que hizo temblar el toldo del lugar. Ocurrió en una playa onubense y vino a colación porque en la tele del kiosco se recreaba la entrada de Manué en la Campana. El vídeo llevaba una de las estampas grandes de la Madrugada al corazón de la temporada de baños, como si fuese Viernes Santo por un momento que se alargaba como se alarga la llegada de los Gitanos a la Carrera Oficial. Hay gente para todo y no extraña que en pleno verano se nos recree la gran fiesta de Sevilla, pero eso de llegar a que un parroquiano pasadito de tinto y en bañador se arranque con una saeta es tela de fuerte.

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