¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Un nuevo museo para Sevilla
Como una copia a orillas del Hudson en aquella historia del barrio Oeste, léase West Side Story, está cultivándose una suerte de peleas entre pandilleros a la que hay que cortarle la cabeza antes de que prolifere y sea demasiado tarde. No hay nada nuevo bajo el sol ni bajo los altos cielos sevillanos, pues ya se han producido incidencias de este tipo en muchas ocasiones, pero el germen de una nueva modalidad ha surgido con eso que se ha dado en llamar, no sé si acertadamente, como caza del pijo. Pijos y canis a retortero sería una mala cosa, algo que incidiría gravemente en lo que debe ser una normal convivencia en nuestras calles. Esperemos que lo del otro día en Nervión no sea la reaparición del huevo de una serpiente que ha de ser exterminado por vía de urgencia. Afortunadamente, la Policía ha obrado diligentemente, conque ojalá tarde en ocurrir.
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