Las agresiones e insultos que sufrieron tres médicos en apenas doce horas en Sevilla esta misma semana se suman a las que se registraron en Utrera en días pasados, donde otras tres médicas y una enfermera denunciaron haber sido insultadas por sus pacientes. Podría pensarse que estamos ante un problema de seguridad, pero al margen de que esto último resulte más o menos evidente, también cabe reflexionar sobre qué es lo que está sucediendo en los últimos tiempos para que estas denuncias, lejos de remitir, vayan en aumento. Los problemas de la Primaria no son nuevos y no se solucionan con improperios y golpes a sanitarios.
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