Crónica Personal

La alternativa

Está claro que Pedro Sánchez está inquieto con la nueva alternativa que aparece en el Partido Popular

Al PP no le gusta decir que Feijóo es el líder de la oposición, sino la alternativa. Por esa regla de 3, el PP no es el principal partido de la oposición, sino la alternativa al PSOE. El congreso del PP madrileño tiene varias lecturas: Feijóo ha rectificado la estrategia de Casado y en lugar de enfrentarse a una Ayuso que tiene vida propia, ha optado por hacer tandem con ella. Sumar en lugar de dividir. Feijóo representa el ala más centrada del PP, mientras que Ayuso se define como liberal, y de hecho las políticas que propone tanto ella en Madrid, como el PP en general, tienen bastante de liberales. Pero mientras formen parte del PP Europeo, casa común de la mayoría de los partidos conservadores europeos, el PP seguirá definiéndose de centro y conservador. Aunque hace incursiones frecuentes en la socialdemocracia y también en el liberalismo. Al final, lo que importa no es solo la ideología, sino los candidatos. Ocurre con Ayuso y con Feijóo y, si van de la mano, todo el PP contento.

Contento porque el panorama es mucho mejor que hace dos meses. El primero que se da cuenta es Pedro Sánchez, que ha sacado la artillería pesada contra el PP. Si en Moncloa y Ferraz no pensaran que Feijóo es rival peligroso, alternativa clara, no estarían arremetiendo contra él a cañonazos.

Lo hacen de forma torpe, con trazo grueso, que es la peor manera de hacer las cosas. Sacar ahora grabaciones de Villarejo es señal inequívoca de que los sanchistas están de los nervios. Quedan lejos esos tiempos en los que cuando se publicó la vergonzosa grabación de Villarejo con Garzón y Dolores Delgado, entonces ministra de Justicia, con comentarios de auténtico bochorno, todas las terminales socialistas clamaron al cielo diciendo que se trataba de una conversación privada y por tanto les parecía indecente publicarlas. No utilizaron exactamente ese calificativo, pero iba en esa línea.

Pues ahora bien que aplauden y comentan nuevas conversaciones grabadas ilegalmente por el ex comisario con personas del PP cuyas causas de presunta corrupción ha sido archivadas hace tiempo. No andan muy finos el presidente y sus asesores. En primer lugar, por dar credibilidad a un hombre que ha protagonizado andanzas que le han llevado varios años a prisión. Segundo, porque si toca hablar de corrupción del pasado, los casos socialistas han sido bastante más escandalosos, y de más millones defraudados, que los del PP.

Está claro que Sánchez está inquieto con la nueva alternativa que aparece en el PP. Tiene socios de sobra para llegar hasta el final de la legislatura, pero ya no debe tener tan seguro que ganará sobradamente las elecciones generales el día que las convoque.

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