Crónica personal

Pilar / cernuda /

El banquero

ERA más, mucho más, que el presidente del banco más grande de España, el presidente del banco más grande de los países del euro, el presidente del banco que patrocina a nuestro campeón de Fórmula 1, Fernando Alonso, el banquero que colocó en lo más alto el color rojo antes incluso de que la Roja se hiciera con los títulos deportivos… Emilio Botín, hijo, nieto y bisnieto de banqueros, era todo un símbolo, un referente, un personaje ante el que no se podía ser indiferente.

Manejaba el principal banco español, pero tocaba todos o casi todos los palos en la sociedad española e incluso internacional. Pocas cosas eran ajenas al Banco Santander. O son ajenas al Banco Santander, porque la vida sigue aunque a Botín se lo haya llevado un infarto que, como todos los infartos, atacan sorpresivamente y, con frecuencia, atacan también de forma definitiva.

Ha hecho por España más que muchos personajes que presumen de españolidad, ha llevado la marca de su banco, y de su país, nuestro país, a lo largo y ancho del planeta; se ha involucrado personalmente en actuaciones que eran básicas para los españoles y ha acudido en socorro de empresas en crisis, partidos políticos, organizaciones de muy distinto perfil e incluso medios de comunicación. E instituciones: desde hace años corría la especie de que tanto Botín como Isidoro Álvarez -también con un mal día este miércoles cargado de noticias- ayudaban al Gobierno, el que fuera, cuando hacía falta liquidez no ya urgente, sino inmediata, para hacer frente al pago de salarios o pensiones. Si es cierto pocos lo saben, y ni lo confirman ni lo desmienten.

No era un hombre especialmente afable y cálido, pero siempre hizo gala de una exquisita educación. Su mérito principal, aparte de impulsar un banco que parecía que había llegado a su límite de crecimiento, era que siempre estaba donde había que estar cuando había que estar. Ha apoyado de forma incuestionable a los gobernantes, fueran del signo que fuesen, porque creía que era lo correcto, lo que debía hacer un banquero, y desde luego ha defendido con uñas y dientes a la Corona, en público y en privado, cuando otros se ponían de perfil en los días en los que se torcían las cosas al rey Juan Carlos.

Ha desaparecido uno de los españoles más importantes de la España actual y queda el banco en las manos elegidas por él, porque dejó todo atado y bien atado. Pero no es lo mismo, nada será lo mismo. Con el Emilio Botín que ha sufrido un infarto mortal se ha roto el molde.

Tags

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios