El cartelito sexista

¿Una flamenca lesbiana carece de garra? ¿Y qué hay del morenazo no binario? ¿Y del hispalense asexuado?

Se suele decir como tópico vago y apresurado que sobre gustos no hay nada escrito. Pero hay toda una biblioteca alejandrina con estudios y tratados sobre estética y educación del buen gusto. En opinión personal -por supuesto rebatible- el cartel de las Fiestas de Primavera perpetrado por el artista José Tomás Pérez Indiano demuestra, para empezar, una gran honestidad. El artista nos enseña su propio límite. Su resultado no puede estar más lejos de la idea que al parecer lo ha inspirado. Dijo su autor en la presentación de la obra que su inspiración la buscó en la cartelería sevillana de los años 20 y 30 del siglo XX. Por eso nos parece, lo primero, que su trabajo es de lo más honesto al no estar a la altura, para nada, de tan bellas y vanguardistas expresiones de antaño (incluidas las de la cruda posguerra y el franquismo nacionalcatólico). Mejor le habría ido si hubiera plagiado directamente uno de aquellos magníficos carteles con gráciles flamencas y lo hubiese recreado, ya puestos, con técnica deepfake de inteligencia artificial o su parecido.

De ahí, en fin, la presente y fallida cosa. En el centro aparece, de entre una piñata de guiños, motivos y colorines, la modelo Eva González, vestida de flamenca cual Afrodita mairenera. Luce un traje rojo explosivo, de estilo canastero. El artista ha titulado su obra como Una mujer morena, dado que a su juicio "Sevilla es una mujer morena, con garra". Observa uno aquí cierto rapto xenófobo e ignorante de la chuchería sexual de la que hoy disfrutamos. ¿Y qué pasa con las sevillanas de trigueños cabellos? ¿Una flamenca lesbiana carece de garra? ¿Y por qué se excluye al aburrido nativo masculino? ¿Y qué hay del morenazo no binario? ¿Y del hispalense asexuado pero de donaire solapado?

Todo en el cartel eclosiona alrededor de la Afrodita de Mairena del Alcor. Nazarenos del Gran Poder y de San Benito, la portada de la Feria, azahar cuaresmal, amapolas y margaritas de los caminos al Rocío, farolillos, un capote torero… Ensueños o pesadillas de Sevilla, según se mire. Entregados ya al delirio, el cartel podría ser denunciado por maltrato cromático a los daltónicos y por fomentar sibilinamente la anorexia (esos brazos encanijados de la modelo, el cuello algo más que tendinoso, cintura de avispa, expresión como de famélica). Al ínclito Octavio Salazar, jurista, escritor y cruzado egabrense de la nueva masculinidad (en su día Premio Hombre Progresista), el cartel le parece "un horror sexista y de mal gusto". Pues ahora y bien mirado, si él lo dice, el cartel no nos parece que esté tan mal.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios