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Tomás García

El ciprés de Bécquer, ¿Árbol del Año?

Su elección para optar a Árbol del Año en nuestro país ha sido un acierto

02 de diciembre 2023 - 01:00

La ONG Bosques Sin Fronteras convoca desde 2007 el Concurso del Árbol y Bosque del Año en España, y los ganadores participan posteriormente en los premios a nivel europeo promovidos por la Fundación Alianza. En el apartado individual, la conocida como Encina de Colindres en Cantabria –de unos cuatro siglos de edad– consiguió el trofeo en el presente año. El ciprés de los pantanos (Taxodium distichum) que preside la trascendente Glorieta de Bécquer del Parque de María Luisa hispalense ha sido incluido en la convocatoria para 2024 como uno de los candidatos.

Haciendo un repaso histórico-botánico de la glorieta y de su árbol, retrocedamos hasta una fecha cercana a 1850, cuando se plantan en los jardines del Palacio de San Telmo de los Montpensier –origen del Parque de María Luisa– algunos ejemplares de esta especie norteamericana denominada comúnmente ciprés de los pantanos o ciprés calvo, aunque sólo algunos autores lo incluyen en la familia de los cipreses. Uno de ellos es el que puede contemplarse en la Glorieta de Bécquer, habiendo desarrollado con el tiempo un mayestático porte piramidal y una altura cercana a los treinta y seis metros. Los hermanos Álvarez Quintero financiarían en 1911 los gastos de creación de la glorieta en torno a la conífera mediante los beneficios de su obra La rima eterna y de una colecta popular. Poco tiempo después, Aníbal González añade una artística reja y un anaquel marmóreo para libros desaparecido a finales del pasado siglo, sustituido por una réplica y semidestruido recientemente por actos vandálicos. El evocador recinto nos ofrece un fascinante grupo escultórico diseñado por Lorenzo Coullaut Valera con cuatro imágenes en mármol blanco talladas por Federico Bechini, una de ellas representando al poeta y tres damas que simbolizan las fases del amor, así como dos figuras en bronce de Cupido y Eros fundidas por Romolo Staccioli.

Bécquer no podría sospechar que en los jardines del Palacio de San Telmo –donde estudió en su Colegio Naval hasta 1847– crecería un árbol que aún abriga sus eternos suspiros en un romántico enclave del Parque de María Luisa generado por dichos jardines. Es improbable que el poeta conociera en persona el taxodio, pues marcha a Madrid con diecisiete años y sólo regresa a su ciudad natal en el verano de 1863 y en la primavera siguiente, antes de su fallecimiento en 1870. El ciprés está incluido en el Catálogo de Árboles Singulares, lo cual debería conferirle un trato especial y una protección añadida, dudosa tras la tala de algún árbol singular presente en el inventario. De cualquier modo, su elección para optar a Árbol del Año en nuestro país ha sido un acierto y debería votarse su candidatura a través del enlace que proporciona el Ayuntamiento, no sólo por sus propias bondades, sino también por la belleza del armonioso conjunto existente en un mítico rincón de Sevilla que consigue una mágica fusión entre el autor de las Rimas y un histórico ciprés de los pantanos...

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