La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El papelón de la alcaldesa de Alcalá de Guadaíra
Al desfase de medio millón de personas entre las listas de espera de pacientes que ofrece el actual gobierno PP-Cs andaluz y el que ofrecía el anterior gobierno socialista se suma el de las listas de espera de dependencia: 34.373 personas no figuraban en las listas oficiales, lo que supone un 45,8% más. Es de la mayor importancia que en esta cuestión se vaya hasta el final y los andaluces sepamos si es cierto o no, si se ha jugado con las cifras y los criterios hasta bordear el engaño o si directamente se ha mentido.
Con relación al pasado, porque los ciudadanos tenemos derecho a saber si se nos ha engañado (en el caso de que sea cierto) o si se nos está engañando (si no lo es) en una materia tan sensible de la que la administración socialista ha presumido tanto. Con relación al presente, y dependiendo de lo que resulte de lo anterior, porque los ciudadanos tenemos derecho a conocer la catadura moral de quienes nos gobiernan -por el PP y Cs- y de quienes ejercen la oposición -por el PSOE- en la Junta actual. Con relación al futuro porque el 28-A está a la vuelta de un mes y es importante saber qué y a quienes se vota. Y los partidos involucrados se presentan tanto a las generales como a las municipales.
No vale que los simpatizantes de PP y Cs den por ciertas las cifras de los desfases en las listas de espera y los del PSOE las den por falsas. No incurramos en esos alineamientos irracionales que a partir del mitin de Colón y las elecciones andaluzas intentan simplificar la realidad en solo dos bloques: el de izquierda con el PSOE de Sánchez más la extrema izquierda podemita y los independentistas contra el PP y Cs más la extrema derecha de Vox. Los datos sobre las listas de espera son ciertos o no, con independencia de que pongan en evidencia a unos u otros. Y muchos estamos cansados del maniqueísmo sectario que condena sistemáticamente al contrincante político (los otros) y absuelve la opción con la que se simpatiza, en la que se milita y/o a la que se vota (los nuestros).
En cuestiones tan graves está de más reproducir el esquema vociferante y faltón de la telebasura política: unos defendiendo a la izquierda y atacando a la derecha y otros, sentados enfrente, defendiendo a la derecha y atacando a la izquierda. Urge llegar hasta el final y saber la verdad. Tan claramente que nadie pueda ignorarla protegido por sus anteojeras ideológicas.
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