Anoche inundaron las tunas el mejor cahíz de tierra y hoy bailarán los seises en uno de los tres días del año en que traen Versalles a Sevilla. El otro día, en un acto de gran enjundia, nos refrescaba el pintor Ricardo Suárez el trascendente papel que Sevilla desempeñó en la proclamación del dogma inmaculista. Aprovechando que se develó su última obra, el artista sanjuanero se gustó en una lección ciertamente didáctica con la Inmaculada como hilo conductor. Es un día que es grande desde el dogma que se incubó en Sevilla y que hoy nos amanece con el mismo lustre de siempre. La antesala se produjo anoche con la profusión de pasacalles de las distintas tunas que todavía existen en esta ciudad. Santa Cruz, la Plaza del Triunfo y demás zona de influencia se llenaron de clavelitos y de niñas saliendo al balcón gracias a las tunas. Y hoy, seises en la Catedral, un día grande.