El dorado toque Midas

11 de agosto 2024 - 03:09

Abril de 1964. Michael Caine, expulsado de su apartamento tras las quejas de los vecinos por sus ruidosas juergas, pide asilo a su amigo John Barry. Años después contó: “Una noche no pude pegar ojo porque John estuvo trabajando hasta el alba, repitiendo una y otra vez los mismos acordes. Al final conseguí descansar durante unos breves períodos, pero me desperté por completo cuando paró la música. Me levanté e hice café para mí y para John. Lo encontré derrumbado sobre el piano, exhausto. Me dijo: ‘Escucha esto’. Y tocó la canción que había escuchado durante toda la noche. ‘¿Cómo se llama?’, le pregunté. ‘Goldfinger’, contestó, y se volvió a dormir sobre el piano”.

Hay que comprender la ansiedad de Barry. Su ascenso en el universo Bond fue tan esforzado como rico en injusticias. En 1962, descontentos por la poca calidad de la banda sonora de Dr. No compuesta por Monty Norman, los productores le encargaron a última hora a Barry la composición del Tema de James Bond que interpretó con su grupo beat The John Barry Seven. Pero en virtud del contrato de Norman se registró a su nombre, figurando Barry solo como intérprete. En 1963, lo que prueba que había hecho algo más que interpretarlo, le encargaron la música orquestal de Desde Rusia con amor; pero, no fiándose del joven compositor, encargaron el tema principal a Lionel Bart, autor de éxitos para Cliff Richard y del musical Oliver!. La música de Barry fue tan poderosa y original que por fin le encargaron la totalidad de la banda sonora de Goldfinger, incluida la canción que interpretó Shirley Bassey. La banda sonora se grabó en las tres primeras semanas de agosto, participando como solistas el gran trompetista Derek Watkins –intérprete de los solos de Penny Lane y Strawberry Fields Forever–, el guitarrista Vic Flick, procedente de The John Barry Seven e intérprete del Tema de James Bond, y los guitarristas John Paul Jones y Jimmy Page que cuatro años más tarde crearían Led Zeppelin. El resultado fue una de las mejores bandas sonoras de la historia.

En el 60 aniversario de Goldfinger hay que celebrar que el inmenso éxito de su música supusiera el lanzamiento internacional de quien sería uno de los más creativos compositores de música cinematográfica, quizás el más popular de los europeos junto a Ennio Morricone que, casualmente, estalló ese mismo año, 1964, con La muerte tenía un precio. Otro aniversario importante.

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