último sábado de mayo en este bisiesto que ha culminado un volumen de despropósitos que quién sabe cómo van a terminar. Y qué claro el mejor presidente de la democracia para el dolor de una deriva de impensables y mortificantes consecuencias. Ya veremos cómo acaba todo y si prosperará esa mordaza a la prensa que anda perpetrando el mandarinato vigente. La libertad en almoneda y ahora, desde la Junta, se anuncia una medida que servirá de excusa para una inmensa mayoría de sevillanos que nunca pisó el Museo de Bellas Artes, ese joyero. Nací y vivo a un naranjazo de él y qué poquitas veces vi una cola. En muy contadas ocasiones y de forma puntual ante algún acontecimiento extraordinario, pero nada más. Ahora cuando entre en vigor pagar por la entrada ya tendrán algunos la excusa para no ir.