01 de noviembre 2021 - 01:49

Cumple 16 años y comienza una nueva etapa en la vida de la Princesa de Asturias. Como todos los príncipes herederos va cerrando capítulos al mismo tiempo que cumple años, con pautas marcadas por sus antecesores y que debe cumplir paso a paso. La princesa Leonor nació siendo heredera, aunque su camino no va a ser de rosas, de hecho no lo está siendo. Su adolescencia coincide con un Gobierno de coalición del que forma parte un partido que pretende la abolición de la monarquía, y convive con una juventud que no vivió la Transición y recibe una educación en la que no se pone en valor la monarquía. No ayuda la situación del rey Juan Carlos, obligado a exiliarse por supuestas operaciones financieras que podrían haberse realizado al margen de la ley y que hoy investigan las autoridades judiciales.

Los 16 años de la heredera se inician con estudios en el extranjero, en un colegio de Gales en los que se apuesta por la convivencia con estudiantes de distintas procedencias, cultura, religión y clases sociales, y que ya ha provocado la primera polémica en España cuando se han conocido imágenes de una fiesta en la que se buscaba la aceptación con normalidad de las personas lgtbi. La formación de la Princesa se completará previsiblemente con el paso por las academias militares como hicieron su padre y su abuelo, ya que el día que sea Reina se convertirá automáticamente en capitán general de los tres ejércitos. Si se sigue la pauta del rey Felipe, podría acudir a la universidad, completar estudios en el extranjero, y dedicar posteriormente un tiempo a conocer en profundidad organizaciones como la Unión Europea y Naciones Unidas.

A más corto plazo, a los 18 años le espera uno de los momentos más relevantes de su vida: la jura de la Constitución en las Cortes y la imposición después, en el Palacio Real, del toisón de oro. Esa fecha marcará su mayoría de edad a todos los efectos, aunque, con los 16 años cumplidos, la Princesa de Asturias empezará a tener ya más papel en solitario cada vez que lo permitan los estudios en Gales. Irá teniendo voz propia y equipo propio, y será más habitual que represente a su padre en actos institucionales.

Sabe muy bien que no lo va a tener fácil. Al contrario de lo que ocurre en otras monarquías, el paréntesis de cuarenta años y el comportamiento de algunos reyes en el pasado no son la mejor carta de presentación para doña Leonor, aunque don Felipe realiza un trabajo impecable para salvar la institución. La Princesa de Asturias es aún muy joven, pero desde que tiene uso de razón sabe que de ella depende, como depende ahora de su padre, que el futuro de la monarquía esté garantizado. Y que los que hoy luchan por su abolición, incluso desde dentro del Gobierno, no consigan ganar la batalla.

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