Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La vía es (por ahora) andaluza
Leo a la vez Transición. Historia de una política española (1937-2017) de Santos Juliá (Galaxia Gutenberg) y Mi vida en fragmentos de Bauman (Paidós). Y me encuentro con una curiosa convergencia. Tratando del “gran viraje en la política del PCE” en 1956 tras la muerte de Stalin (al que fue fiel hasta su muerte) y el XX Congreso del PCUS, los fracasos de sus políticas frentistas y la purga interna liderada por Carrillo y Pasionaria que condujo al asesinato de Gabriel León Trilla –“liquidado como tributo ofrecido a Stalin”– y la depuración de Jesús Monzón, paradójicamente salvado de la trampa mortal tendida por sus camaradas al ser detenido por la policía española, escribe Juliá: “En un ejercicio de auténtica construcción de memoria, esto es, de uso político del pasado, tan habitual por otra parte en la práctica de todos los partidos comunistas, siempre preocupados por demostrar que su política de hoy es la consumación de la de ayer aunque sea la contraria, el PCE traza una línea directa que va desde los Trece Puntos del Gobierno de Negrín, en mayo de 1938, de los que el PCE habría sido ‘uno de sus inspiradores’, (…) hasta llegar al Frente Nacional Antifascista en el V Congreso, en noviembre de 1954”. Todo era mentira. Siempre se habían opuesto a ellos. Pero no importa. La construcción de la memoria permitió que el PCE reescribiera su historia.
Refiriéndose a la Polonia poscomunista, escribe Bauman: “La libertad llegó en el mismo paquete que la incertidumbre. No es de extrañar que muchas personas comenzaran a anhelar una gran simplificación… La ‘política de la historia’ está diseñada para cubrir esta necesidad. A diferencia de la vida del día a día, la historia se presta a la manipulación y esa es su mayor virtud… Reescribir la historia autoriza legitimaciones recién inventadas… Es fácil entender por qué se ha elegido la memoria histórica como campo de batalla de las actuales luchas de poder. En este campo, cuesta poco sorprender a los contrincantes y presentarles batalla de forma efectiva… La memoria es, en esencia, la presencia continuada del pasado, y el pasado difiere del presente en que todo lo que pertenece a aquel ya ha ocurrido y no se puede deshacer”. Pero sí manipular más fácilmente que el presente.
Construcción de la memoria como uso político del pasado, política de la historia, memoria histórica como campo de batalla… ¿Les suena?
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