Aumenta la inseguridad en nuestra tierra, la lluvia comparece tímidamente en la seguridad de que se vendrá arriba cuando empiecen a sonar trompetas y clarines, Alfonso Guerra coloca en su sitio al barbas de La Sexta, la maratón pone patas arriba la ciudad y febrero discurre en el corazón de un puñado de encuestas todas interesadas. Amanecía tristón el lunes y una noticia archisabida nos recordaba que el infame efecto Manada había disparado las violaciones. Pero hacia dónde vamos nos preguntamos mientras las nubes amagan mucho y disparan poco. O como ese escalofriante dato de cómo cada vez se producen más casos de violencia machista y que deja en ridículo esas leyes de violencia de género por la que basta una discusión de pareja para que el varón sea declarado culpable de oficio. Era lunes plomizo y ni siquiera el fútbol dejaba buen rollo, qué horror.