La ventana

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

¿Dónde habrá ido el vive y deja vivir?

Con el miedo en los tuétanos y la estupefacción por los comportamientos del prójimo más o menos próximo por las nubes, ahí que vamos trampeando con vistas a superar esta empinada cuesta. Y como ese miedo que se nos metió tan adentro por el número de tragedias que acarrea el bichito cabrón ya es de la familia, centrémonos en la sorpresa que es ver algunos, muchos, comportamientos. Por ejemplo, la indignación que ha provocado en los indignados de guardia que la Macarena esté presente en el hospital que lleva su sagrado nombre. Indignados que pertenecerán, imagino, a esa caterva que tiene el pensamiento único como faro y guía de sus vidas. Aquí ha pasado al recuerdo aquello tan provechoso que era el vive y deja vivir. Lo primero lo cumplen a la perfección, sin que les falte un perejil, pero lo de dejar vivir es algo que no entra en sus cerriles seseras.

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