La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La Mina es una mina de felicidad en las tabernas de Sevilla
No es de recibo tanta virulencia verbal en el discurso de un vicepresidente del Gobierno sin una previa degradación del cargo. Estamos recogiendo los lodos de una política enfangada por los aparatos orgánicos, en manos de gente sin oficio ni beneficio, o que se aburre en sus puestos de trabajo. He dicho bien: de trabajo. Porque en la política de hoy se trabaja poco y se confabula mucho. No se estudia nada y se calcula todo a corto plazo. Es preocupante que Pablo Iglesias se refiera a la derecha española como "delincuente y criminal". No, señor Iglesias, así no se puede hablar.
Es absolutamente irresponsable e incendiario anunciar con semejante soflama su marcha del Gobierno. Usted no ha vestido el cargo nunca y lo abandona ahora haciéndolo jirones. Tampoco esperábamos más. Iglesias tiene que ver la cosa muy mal en las tripas de los sondeos del CIS para salir voluntariamente del Gobierno de España. No se pierda de vista que hay un perfil de político que está hecho para la oposición marrullera, para el juego destructivo, para meter el pie en el área y embarullar, no para gobernar, gestionar un presupuesto, crear oportunidades de riqueza y ofrecer mensajes limpios e ilusionantes. Iglesias casa mal con las instituciones y, en cambio, le van bien las tertulias de bayoneta, el lenguaje guerracivilista, las perífrasis y todos esos recursos de vendedor de crecepelo que tendrían su gracia si no fuera porque siempre divide y siembra odio entre los españoles.
A Iglesias le vienen bien la bulla y el enfrentamiento, cuando todo gobernante serio prefiere una sociedad ordenada en valores. Ahora disfrutará con un nuevo reto, además de salvarse a sí mismo, porque el descalabro madrileño del 4 de mayo que se anunciaba para su partido lo iba a dejar en un verdadero tenguerengue. Intuyo que tampoco Iglesias es que vaya a salvar algo más allá de los muebles, pero cuando el tipo sale del burladero es porque no le queda otra. Y vistos los derroteros que toma la política española, no les quepa duda de que este señor sin escrúpulos hará y deshará siempre que pueda, por lo que hoy sale del Gobierno y mañana tira de su oratoria y justifica su regreso.
Me hace gracia que Iglesias diga que el bipartidismo no volverá, cuando todo indica que lo hace ya tras el fiasco de Ciudadanos y el bajonazo de Podemos, maquillado por su presencia in extremis en el Ejecutivo. A Vox se la están poniendo para tirar a puerta sin hacer absolutamente nada especial. ¡Y pensar que Calvo Sotelo, Martín Villa o Guerra fueron vicepresidentes del Gobierno! Qué gente nos gobierna ahora. Alguna culpa tendremos.
También te puede interesar
Lo último