Juan Ruesga

El país de lo imprevisto

Así nos define un hispanista inglés que presume de conocernos bien. Oal menos eso nos cuenta Gregorio Marañón en uno de sus escritos

Así nos define un hispanista inglés que presume de conocernos bien. O al menos eso nos cuenta Gregorio Marañón en uno de sus escritos. Claro que eso se escribió hace años, porque no se qué diría ahora el autor inglés de su querido Reino Unido, con la que tienen organizada con el Brexit. Este verano he tenido ocasión de hablar con españoles que residen en Inglaterra desde hace muchos años y con ingleses que tienen residencia en la Costa del Sol. Jamás pensaron que estarían ahora, ya jubilados, en esta situación. Aunque creo que cuando alguien se quiere ir, lo menos malo es que se vaya y, desde luego, nunca pedirle que se quede. Pero volviendo a nuestro asunto, creo que los españoles sí debemos asumir la autocrítica de una cierta improvisación en nuestras cuestiones públicas y privadas. Una cierta mezcla de hidalgo y pícaro, más bien lo segundo, pero todo un poco de andar por casa. Me parece significativo que denominemos con un diminutivo casi cariñoso y no exento de cierta admiración a los Lázaros, Rincones y Cortados que nos definen en la literatura y también en la vida. El mes de agosto ha transcurrido entre indefiniciones políticas, inundaciones por tormentas de verano, incendios forestales y muy lamentables infecciones e intoxicaciones alimentarias, con consecuencias fatales. Y seguramente todas ellas tendrían menos trascendencia si hubiera menos pícaros en todos los casos. Comenzamos una nueva temporada y, como dice algún castizo sevillano, en llegando el verano, el año está vencido. Creo que tampoco hay que exagerar, aunque al cumplir años parece que el tiempo se acelera. Y los días vienen uno tras otro, imparables. Como gotas de agua o como granos de arena. La imagen que más les guste. Es la inercia del calendario. Pero de nuevo hay incertidumbres en los próximos meses. Desde la Transición había un gran proyecto común que se fue cumpliendo paso a paso: Constitución, dotar de equipamientos e infraestructuras al país, entrar en las instituciones europeas, bienestar social y económico. Ahora me parece que la prioridad es la igualdad. Las desigualdades pueden romper cualquier proyecto español y europeo ¡Con la cantidad de cosas que tenemos que hacer y preparar! Esta vez las fechas están fijadas, pero con incertidumbres abiertas en España y Europa. ¿Cómo se puede planificar así? Por una vez, Sevilla y Andalucía tienen tajo y tela que cortar por delante. Aunque lo imprevisto siempre nos alcanza.

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