La ventana

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

De parque temático a fantasmal

Seguro que algún taxi pasará por el Casablanca, le decía el marido a su esposa no más terminar el acto en el Alcázar, pero que si quieres arroz... nada de nada, ni uno. Eran ya las once y media de la noche del miércoles. Vamos a la Punta del Diamante, que allí siempre hay varios. Otro fiasco y otra solución es a ver si en el hotel Inglaterra queda alguno que nos lleve a casa. Tararí que te vi; bueno y si hubiera alguno en la Magdalena, pero tampoco, ni en el Duque, ni en ninguna parte. De domingo a miércoles, a partir de las once de la noche, Sevilla es una ciudad fantasmal, ni un alma y ni un servicio tan necesario como el del taxi en una ciudad peatonalizada en una gran superficie del casco histórico. Bares cerrados, ausencia de taxis, autobuses de habas a caracoles, el parque temático se convierte en ciudad fantasmal así que las brujas van preparando sus escobas.

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